Vuelta a la civilización.

Miércoles 8 y jueves 9 de Octubre.

Iepa.

Esta claro, soy un "pijo", y el suelo no es lo mio, me he levantado cuadrado, y eso que me he traído dos colchonetas, una de cuerpo entero, y otra solo para la espalda, pues ni así. Aparte de gozar de la almohada, que "guinde" en el avión que me llevó de Munich a Singapore, nada, dormir, lo que se dice dormir, lo justito, que soy muy "fisssno".

Y en asuntos de mujeres nunca he sido un lince, mas bien todo lo contrario, pero cuando uno lleva varios días sin ver a nadie del genero femenino, se arrima a cualquier cosa, a esta le he tocado el culo, y no ha dicho ni mu.
Las dos etapas están pasando factura, aunque hoy creo que será mas llevadera, solo son 80km. hasta la siguiente estación de servicio.

Canguros, solo he visto dos vivos, muertos alguno mas por desgracia, para mi son demasiado rápidos para poder fotografiarlos, pero para el tráfico, son demasiado lentos. Es una pena verles despanzurrados en la carretera, pero......

La climatología sigue siendo benévola conmigo, aunque las mañanas amanecen fresquitas, luego durante el resto del día, hace una temperatura inmejorable para viajar en bici. A eso de media jornada, los mosquitos hacen acto de presencia, y no queda otra que protegerse, ahora sé como se sentían nuestras abuelas, cuando iban a la iglesia hace cuatro décadas, y se ponían la mantilla, para asistir a misa.

He llegado a Munglimup, que solo es una gasolinera y unos baños públicos, hacia las doce del mediodía, y seguía cansado, no era cuestión de tirar hacia adelante, 110km. me separan de Esperance, que es el único núcleo urbano, donde poder pernoctar, por lo tanto, hasta aquí ha llegado el Kongrio por hoy.
Vuelta a montar la tienda y siesta, ebook, merienda-cena, y a dormir.

El amanecer de hoy, desde el interior de la tienda, es para recordar, estaba cansadsimo, pero por otro lado, tenia ya ganas de volver a una ciudad, ir a un hostel y pegarme una ducha de agua caliente y dormir en un colchón, así que he desmontado rápido la tienda, un café y unas galletas con Nutella y a dar pedales.

Del paisaje de hoy, mas de lo mismo, si que es verdad, que los primeros días te llama la atención esas llanuras interminables, a la cuarta jornada, ya no tanto. Me entretengo mirando la fauna, que aquí es completamente distinta a la que estoy acostumbrado, desde lagartos grandísimos, un metro de largo aproximadamente, a una especie de iguanas, que las pobres con lo lentas que son, quedan como pegatinas en la carretera, cuando les pasan por encima las "chorrocientas" ruedas de un Road Train.

Al final del día y tras 110km. he llegado a Esperance, ya llevo casi mil kilómetros recorridos, y con ese nombre de ciudad, he recordado a una persona, madre y hermana de dos grandes amigos míos. Saluda a tu ama y a Miro de mi parte David, enseguida nos vemos "en lo blanco".

La ducha me ha sentado genial, despúes la colada, pasear por la ciudad y avituallarse para las etapas venideras. También el "atracón" diario, aunque en las ciudades aprovecho a hincharme a ensaladas, mas tarde en las gasolineras, solo hay frituras y un poco de pastelería envasada.

Supongo que será por que despúes de cuatro días de soledad, todo se ve con otros ojos, pero a mi la ciudad me ha gustado, creo que no es mal sitio para vivir, si que está lejos de todo, pero es coqueta, tranquila y tiene playa, cosa indispensable para un habitante de la "Costa de la Antxoa".

En el hostel he conocido a un chico, que hizo andando el camino de santiago el año pasado, es estadounidense, y ahora va a currar un añito en Australia, con el objetivo de conseguir dinero para seguir viajando, habla algo de castellano, y escucharle ha sido todo un placer tras tantos días, ¡¡no entendiendo ni ostias!!(lo siento, se me ha ido la pinza).

Bueno maj@s, mañana vuelvo a la carretera y creo que volveré a estar "missing" un par de jornadas, pero como cantaba Billy Prestón hace unas décadas, "si no puedes estar con la persona a la que amas, ama a la persona que está contigo", a pesar de que no tengo la suerte de los primeros, si estoy con dos, a las que adoro, os he hablado de ellas en otros viajes, se llaman Soledad y Libertad, siempre juntas, siempre inseparables, yo las adoro, creo que ya no sabría vivir sin ellas.

Hasta mañana, (o cuando pueda).

Cuidaos.