Y como los jueves en Castro, de mercadillo.

Hola.

Hoy cuando me he levantado, a eso de las siete y media, lo primero que he hecho, ha sido, mirar por la ventana, para ver que tiempo hacía, y como me temía, el cielo estaba cubierto con nubarrones negros, así y todo me he vestido de ciclista y he subido a desayunar, el comedor estaba en la quinta planta con unas vistas excepcionales sobre el lago, mientras desayunaba, he estado pensando que hacer, el calzado mojado, amenazaba lluvia, estaba cansado, y en el pueblo era día de mercado, con todo eso, he decidido descansar.

Después de desayunar, vuelta a la cama, lo suelo hacer habitualmente en Castro,  desde que, en una concentración en La Manga, con el equipo nacional de tándem, nos levantaban a las siete, para pesarnos, desayunar y vuelta a la cama, hasta la hora de entrenar, que solían ser las diez de la mañana, y las malas costumbres, se hacen leyes.

A las once he salido a ver el mercado, era inmenso, se extendía por toda la localidad, eran cientos los puestos, y se vendía de todo.

He comprado cerezas, plátanos, y melocotones, que a la postre, ha sido mi comida de hoy, y es que ando fastidiadillo del estomago, con tanta salsa fuerte y tanto picante. He pasado por un local de comidas, donde preparaban pollo en salsa, les he pedido, si me podían asar medio para la cena, me han dicho que si, y en este local he cenado, además de unas vainas riquisimas. Creo que hoy mi estomago, no se quejará.

El pueblo es bonito, localidad donde veranean muchos turcos, ya que el lago es grande, y dispone de playa.

Después de atracarme a fruta, siesta, mañana estaré como nuevo, descansado y con ropa seca, las zapatillas, a estas horas todavía están húmedas, pero.........no tengo forma de secarlas, es un mal menor.

A la tarde, he aprovechado para pasear un rato y comprar liquido para las lentillas, he llevado el bote vacío a la farmacia, para evitar explicaciones, y tenían la misma marca, solo, que a mitad de precio que en Castro.

Un amigo, en un email, ayer me dijo, que últimamente, me nota quejoso en el blog, y tiene razón, pero es que es una pena, que un país tan bonito, con gente tan simpática y amable, se fastidie, por unas malas carreteras y unos peores conductores. Paso muchísimas horas en la bici, y es lo que me condiciona mi estado de humor, de poco me vale, media horita con gente maja, y seis horas sufriendo para que no me pasen por encima.

Bueno, esperemos que mañana amanezca algo mejor y pueda hacer un recorrido largo, ganas  no me faltan.
Por cierto, aquí en el pueblo, durante todo el día, no ha caído ni una gota, pero si llego a coger la bici, se desborda el lago.

A lolos.